Los recursos e infraestructuras de La Rioja se enmarcan en una serie de experiencias que invitan a…
Patrimonio cultural
El patrimonio cultural riojano está abanderado por los monasterios de San Millán de la Cogolla, cuna del castellano. Una visita a Suso permite conocer el lugar donde vivió Millán su vida de eremita, mientras que entrar en Yuso invita a recorrer los mismos pasillos por los que transitaban los monjes en cuyo scriptorium se elaboraban las grandes joyas que hoy alberga la biblioteca del monasterio. Un recorrido por La Rioja escenifica un paseo por la historia que incluye templos como el monasterio de Santa María la Real de Nájera (el segundo panteón real más importante de España después del de San Lorenzo de El Escorial).

Camino de Santiago
El paso del Camino de Santiago por la región (donde confluyen el Camino Francés con el del Ebro y el Vasco del Interior) está jalonado por hitos como la concatedral de La Redonda o Santo Domingo de la Calzada, localidad que abre sus brazos al caminante para recibirle en la catedral, la única de España que mantiene animales vivos en su interior, para recordar la milagrosa intervención del ‘Santo Abuelito’ (en el milagro que hizo cantar la gallina después de asada).

Experiencias en la naturaleza
Los cambiantes colores del campo riojano son el decorado de experiencias en bicicleta, a pie, a caballo, en globo o en quad que permiten disfrutar de los mares de viñas que cubren la región. En invierno, Valdezcaray es lugar de esquí. En primavera, emergen las rutas y senderos que conducen a las cascadas naturales de Puente Ra, las lagunas glaciares en Urbión o los humedales protegidos en Alfaro. El verano limpia los cielos y La Rioja se convierte en Destino Starlight. Es el momento más propicio para los deportes náuticos en el embalse González Lacasa o programar salidas en kayak, piragua o hacer rafting en los ríos de la región.

Tradiciones culinarias
Las tres denominaciones vinícolas, las cinco Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) y otras tantas Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) avalan una producción exquisita. La Rioja encabeza de hecho la lista española de estrellas Michelin por habitante. En cualquier rincón de la comunidad se encuentra una mesa en la que el producto se trata con mimo para ajustarse a la tradición culinaria regional. Esa misma riqueza gastronómica se disfruta también en pequeños bocados que se sirven en forma de cocina en miniatura a través de los pinchos.

Cultura festiva
Si bien el vino constituye uno de los grandes referentes económicos, también es uno de los grandes motivos de celebración con eventos como las Fiestas de la Vendimia de Logroño, la Batalla del Vino en Haro o la del Clarete en San Asensio. Un marcado carácter histórico tienen las Crónicas Najerenses que evocan el pasado de la ciudad, como hace Calahorra con su Mercaforum, Arnedo con el Mercado del Kan de Vico, Briones con sus Jornadas Medievales, Santo Domingo con las Ferias de la Concepción o más modestamente Ventosa con el Mercado del Trato.
Las celebraciones religiosas han dado lugar a la Procesión de las Doncelllas en Santo Domingo de la Calzada, la bajada de los danzadores sobre sus zancos en Anguiano o la procesión de Los Picados en San Vicente de la Sonsierra.
Y, por supuesto, vino
La Rioja es cultura, es patrimonio, es naturaleza y es vino. Un vino que no sólo se bebe, sino que se vive, proporcionando una serie de experiencias que difícilmente se pueden encontrar en otros rincones del planeta. El visitante accede a las bodegas muchas veces desde las mismas viñas y avanza por el proceso que le conduce que a la copa. El barrio de La estación, en Haro, reúne en apenas unos metros cuadrados la mayor cantidad de bodegas centenarias del mundo.



