¿Forma parte de alguna sociedad?
Sí, formo parte de la Academia Mexicana de Pediatría, la Sociedad Mexicana de Oncología, la Asociación Mexicana de Hemato-oncología Pediátrica y la American Society of Clinical Oncology (ASCO).
A la hora de asistir a un congreso, ¿qué criterios tiene en cuenta? ¿Qué requisitos debe reunir para ser lo suficientemente atractivo?
Uno de los principales estímulos para decidir la asistencia a un congreso es su programa académico. Tiene que ofrecer un contenido robusto, con temas de mucha actualidad. Ya partimos de un conocimiento en oncología y buscamos adquirir nuevas competencias en el menor tiempo posible. Como es imposible que podamos leer todos los artículos, revisiones sistemáticas, reportes de caso… que nos llegan, es en los congresos donde podemos encontrar mucha información ya tratada y
preparada para ser asimilada de manera más efectiva.
Además, para continuar ejerciendo la especialidad médica, tenemos que certificarnos de manera regular ante los consejos. En mi caso, esto tiene lugar cada cinco años. Es posible hacer un examen o lograrlo consiguiendo puntos y muchos de ellos se obtienen asistiendo a congresos, además de participando en otras actividades académicas, impartiendo clases, graduando a alumnos…
Si, además, el congreso va más allá de las ponencias tradicionales y apuesta por la innovación, incluyendo formatos TED Talk, sesiones en 360º, más inmersivas, más cercanas al público… sin duda su atractivo aumenta.
¿El destino influye?
Siempre suma y genera más interés si ofrece una mayor oferta de ocio.
¿Qué opina de los formatos presenciales, de los exclusivamente digitales y de los híbridos?
Creo que todos estos formatos son necesarios hoy en día y que pueden complementarse muy bien entre ellos, pero apuesto más por los presenciales porque consiguen captar en mayor medida mi atención. Aunque los digitales son igualmente relevantes, si me conecto desde casa o la oficina, pueden aparecer elementos externos que me distraen. Si bien las nuevas generaciones prefieren este formato, creo que no es para todos los públicos.
Con respecto a los híbridos, me resultan muy interesantes porque en muchas ocasiones, por falta de tiempo u otras cuestiones, no puedo asistir físicamente y me conecto de forma virtual.
¿Le resulta fácil asistir a los congresos/ simposios/jornadas que le interesan?
Es un reto, porque en esta área de especialización, la salud de los pacientes puede complicarse en cuestión de horas y requerir nuestros servicios de forma urgente y en cualquier momento. Para poder asistir a los congresos y a otros compromisos académicos –también soy docente–, he diseñado una estrategia basada en dejar siempre de guardia a un médico pediatra formado por mi mismo para que pueda atenderles.
El económico es otro de los aspectos que hay que valorar a la hora de asistir a los congresos, ya que no son baratos.
¿Recibe algún tipo de apoyo por parte de la industria, el centro hospitalario o la sociedad para asistir a los congresos?
Afortunadamente, he tenido la oportunidad de que la industria farmacéutica me reconozca y conceda becas para asistir a los congresos. Las becas, además, suelen ser generosas, porque cubren el alojamiento, los billetes de avión, algunas dietas y la entrada al congreso. En este sentido, se me ha facilitado mucho la participación en estos encuentros profesionales.
Obviamente, para que esto ocurra, es necesario contar con cierta trayectoria y poder ofrecer una propuesta de valor. Al final es como un intercambio y la industria siempre quiere obtener algo, siempre dentro de la regulación pertinente impuesta por el compliance.
También hay apoyo por parte de los hospitales, aunque es más común que el apoyo se destine a los residentes o estudiantes. Si en un congreso en concreto se trata algún tema de relevancia para la administración o la logística del hospital, favorecen la asistencia de sus médicos adscritos, aunque siempre de forma más modesta, cubriendo generalmente solo la cuota de inscripción.
Con respecto a las sociedades médicas, normalmente solo apoyan a los puestos relevantes de la misma -presidentes, vicepresidentes, tesoreros…-. Es más difícil conseguir este apoyo.
¿Qué opinión le merecen las limitaciones impuestas por las políticas de compliance?
Eran necesarias, porque todos hemos escuchado “historias de terror” en las que se regalaba absolutamente de todo y no se podía consentir más, ya que generaba entre la sociedad en general una mala imagen de
los gremios médico y farmacéutico.
Si se mantuviesen los excesos, habría menos dinero para invertir en investigación y desarrollo y se perdería el papel de la industria farmacéutica como creador de soluciones a largo plazo para los problemas de salud.
¿Cómo sería, en su opinión, el congreso perfecto?
Que dure un máximo de tres días, se celebre en un destino muy atractivo -a poder ser con sol-, y cuente con un programa académico dotado de un buen bagaje y ponentes internacionales. Además, debe incluir
muchas actividades para el personal médico en formación que aporten inspiración adicional a la que se ofrece en las ponencias. Y, por último, que cuente con un área comercial bien enfocada en la innovación,
que se traduzca en bienestar para el paciente.
¿Cuál es su percepción como asistente de los patrocinios de congresos? ¿Hay más presencia de marcas?
Me da la impresión de que ha aumentado muchísimo en los últimos años y de que hay una competencia feroz entre congresos y otras propuestas, porque las estrategias actuales de patrocinio están muy enfocadas en recibir algo a cambio y buscan ser muy beneficiosas para los patrocinadores.
Cuando las sociedades organizan sus congresos cuentan con una zona comercial y es impresionante la inversión tan alta que se puede llegar a hacer en un stand para presentar productos y servicios.
LinkedIn ENRIQUE LÓPEZ