Si hay un destino con un storytelling potente, es Santiago de Compostela. La segunda meca de la peregrinación cristiana recibe visitantes desde el siglo IX. Con ellos empezaron a convivir a finales del siglo XV, de la mano de la fundación de la Universidad, miles de estudiantes y profesionales vinculados al conocimiento y su expansión. La experiencia en organización de congresos queda probada desde hace siglos.
Dicen los locales que en torno a la Plaza del Obradoiro se encuentran todos los poderes de Santiago: el eclesiástico, omnipresente a través de la catedral; el político, imponente gracias al edificio de la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento; y el universitario, con la Facultad de Medicina que se extiende hasta la plaza, junto al Parador de Santiago-Hostal dos Reis Católicos.
El edificio de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) acoge frecuentemente congresos, no solamente vinculados a la facultad de Medicina y Odontología de la que es sede. El recientemente remodelado salón de actos cuenta con 400 asientos, aunque se prevé que durante los próximos dos años estén en curso las obras de reacondicionamiento de los accesos. La entidad cuenta con una oficina de congresos propia que gestiona otras aulas de la misma capacidad en otras facultades de la ciudad.
El vecino Palacio de Fonseca, sede original de la universidad, se utiliza para cócteles de bienvenida de hasta 320 invitados en el patio central. En el majestuoso Salón Noble se organizan conferencias de hasta 320 asistentes, aunque es necesario tener en cuenta que la configuración fija obliga a que las vistas sean laterales. Por eso se le suele dar un uso más ceremonial.
También en pleno centro histórico, el Auditorio Abanca ocupa desde 2012 un antiguo edificio de apartamentos que hoy esconde un auditorio de 620 plazas. La ausencia de otros espacios complica la inclusión de coffee breaks o comidas. Para momentos con catering, el vecino Edificio Abanca, situado a pocos metros al fondo de la calle, completa la oferta del auditorio.
El pasado hecho hotel
El centro histórico de Santiago cuenta con varios hoteles que son el testimonio tangible del rico pasado de la ciudad. En algunos casos, hasta conviven pasado y presente. Es el caso del San Francisco Hotel Monumento, de cuatro estrellas.
Sigue siendo un convento en el que habitan frailes franciscanos, por eso parte del edificio está reservado para ellos. El área de 82 habitaciones y espacios para sesiones profesionales y eventos fue inaugurada como hotel en 2004, tras una profunda remodelación por la que conviven vestigios del pasado y arquitectura contemporánea.
Uno de los claustros es actualmente el Patio de Cristal, muy utilizado para cenas de gala de hasta 380 comensales. Su cubierta acristalada evita la necesidad de un plan alternativo en una ciudad en la que la lluvia frecuentemente aporta un brillo añadido a las fachadas de granito.
No es el único salón singular del hotel. Otro claustro sirve para exposiciones comerciales y coffee breaks con buen tiempo. En el Comedor Monumental se organizan congresos con 250 delegados. La antigua sala capitular es hoy un auditorio con 151 asientos. A ello se suma una antigua bodega para fiestas de hasta 200 asistentes, entre otros espacios. La enorme finca que rodea el recinto ofrece la posibilidad de organizar cócteles al aire libre.
Para presupuestos más reducidos, la Hospedería San Martín Pinario también recibe congresos de hasta 150 participantes en el mayor de los diez espacios, todos con luz natural. El antiguo salón de seminarios mantiene los pupitres que pueden utilizar hasta 120 personas. Las austeras habitaciones –81 en total– de estética monacal y a precios muy asequibles, hacen de este establecimiento un lugar muy demandado para congresos en los que participan estudiantes.
Lo que era el refectorio del convento, hoy es un comedor para banquetes de hasta 90 invitados. El jardín del claustro se ofrece para coffee breaks.
Grandes espacios
La capitalidad regional ha dotado en las últimas décadas de grandes recintos a una ciudad de tan solo 100.000 habitantes. A las afueras de Santiago –a diez minutos por carretera–, en la cima del monte Gaiás, la Ciudad de la Cultura de Galicia cuenta con un nuevo equipamiento llamado Edificio Fontán.
Se trata de un espacio de oficinas que integra un auditorio con luz natural de 700 plazas –se puede dividir en tres–, así como con una sala anexa acristalada muy utilizada para conferencias.
En el amplio vestíbulo del edificio principal se organizan congresos de hasta 800 delegados. También cuenta con dos auditorios de 175 y 100 asientos. Los exteriores se utilizan para cócteles rodeados de naturaleza, mientras que la galería interior de kilómetro y medio que conecta los diferentes edificios ya ha sido utilizada para eventos deportivos o exposiciones comerciales.
El Auditorio de Galicia se encuentra en la zona universitaria Campus Norte, a menos de un kilómetro del casco histórico y junto a la dársena de autocares Juan XXIII. La disponibilidad de las salas está limitada por ser sede de la Real Filharmonía de Galicia y espacio de ensayo de la Banda Municipal de Música. La capacidad de la sala principal es de 968 delegados, mientras que un segundo auditorio tiene un aforo de 232 personas. El hotel NH Collection Santiago de Compostela, con 150 habitaciones, se encuentra al otro lado de la calle.
ACTIVIDADES EN SANTIAGO DE COMPOSTELA
MERCADO Y COCINA
Una búsqueda del tesoro por el casco histórico de Santiago puede culminar en el Mercado de Abastos. Acompañados de un cocinero, los participantes consiguen los ingredientes que después cocinan. El propio mercado dispone de un Aula gastronómica con todo lo necesario para grupos reducidos. La clase de cocina puede tener como base la cocción del marisco, la elaboración del pulpo a feira o un taller de empanadas.
CUBIERTAS DE LA CATEDRAL
En la catedral de Santiago es posible pasear por las cubiertas, inclinarse a observar el interior y admirar la Plaza del Obradoiro desde las alturas. En grupos de 25 personas, la subida se realiza a través de 70 escaleras que conducen en una primera parada a los tejados y, en una segunda, a la emblemática Torre de la Carraca. Se trata de la torre norte y alcanza, como su gemela, los 70 metros de altura.
PEREGRINO POR UN DÍA
Los grupos pueden recorrer el último tramo del Camino desde el Monte do Gozo hasta la Plaza del Obradoiro, en trayectos que duran en torno a una hora. Otra opción consiste en atravesar un bonito tramo de bosque como caminata previa a una parada en el Pazo Faranello.
La Traslatio, rememorando la llegada del cuerpo del apóstol hasta donde hoy se ubica la catedral, es un trayecto en barcos de hasta 30 pasajeros por la ría de Arosa, hasta desembarcar en Padrón, a 20 kilómetros de Santiago. Sea como sea, la entrada en la Plaza del Obradoiro únicamente se puede realizar a pie.
EN BUSCA DE MARISCO
Villagarcía de Arosa es considerada como la playa de Santiago y se encuentra a 26 kilómetros de la ciudad. Aquí se pueden organizar experiencias náuticas del tipo de competiciones de vela o paseos en catamarán, con la visita de una batea. Los catamaranes pueden albergar hasta 100 personas por barco.
Para profundizar realmente en la cultura local, grupos de hasta 30 personas pueden disfrutar de la experiencia de salir a marisquear con una cofradía de mujeres. Explican cómo se “siembra” el marisco, se recoge y se cocina, descubriendo una actividad ancestral que aún pervive.
LA CATEDRAL DE NOCHE
La catedral de Santiago de Compostela se puede visitar de noche, en grupos de hasta 25 personas. El templo, una de las joyas del románico español, parece aún más inmenso cuando no está lleno de peregrinos. En caso de reservar los tres cupos posibles, los invitados pueden descubrir con calma las joyas que encierra en su interior, con el Pórtico de la Gloria a la cabeza.
ROMERÍA GALLEGA
En alguno de los pazos, o en una carballeira en pleno bosque, los gaiteros y las pandereteras reciben a los invitados. Los vinos locales y las recetas más emblemáticas a base de pulpo, marisco y empanada se acompañan de leyendas contadas por personajes que surgen de entre los árboles. La queimada y su ceremonia del conxuro es otro de los clásicos en este tipo de ambientes.
TALLER DE ORFEBRERÍA
Al caer el día, antiguamente las luces que se veían en los bajos que rodean la catedral de Santiago eran las de los orfebres trabajando el oro y la plata. Aún quedan algunos vestigios de esta práctica ancestral que remonta a hace más de ocho siglos. Hoy se puede declinar en forma de recuerdo para los delegados, quienes crean conchas de plata y oro que ellos mismos decoran. Lo ofrecen talleres como el de Isabel Suárez, y la actividad dura en torno a dos horas.
EL CIELO DEL FIN DEL MUNDO
Aunque los caminos que conducen a Santiago suelen culminar en la Plaza del Obradoiro, cada vez más peregrinos continúan hasta Finisterre. Es posible organizar una cena cuyo postre sea observar las estrellas.
La Costa da Morte recibió en 2023 el certificado de Destino Turístico Starlight. La red internacional de astroturismo ha reconocido a 17 municipios de la costa gallega como espacios liberados de contaminación lumínica.