¿Cuál es el rol de su sociedad?
Actualmente estamos en un proceso de renovación de la institución que comenzó con mi dirección, iniciada el año pasado y hasta el 2025. ADLA congrega a 19 países y lleva 53 años reuniendo a miembros, fundamentalmente del sector médico, interesados en la diabetes, destacando todos aquellos que quieren formalizar su capacitación. Por eso nuestro rol fundamental es brindar formación con la idea de ser un referente en Latinoamérica con respecto a esta especialidad. A ello se suma intervenir de algún modo en las políticas públicas con el objetivo de frenar la epidemia de la diabetes desde el punto de vista preventivo. Nuestro tercer objetivo es la investigación.
¿Qué modelo de financiación manejan como sociedad?
En primer lugar, las membresías, a través de una cuota anual; en segundo lugar, por las jornadas, simposios y congresos que organizamos junto a asociaciones de nuestra misma categoría y que son financiados por la industria farmacéutica. La tercera fuente de ingresos procede de los aportes de algunas sociedades miembro.
¿Qué tipo de acciones organizan?
Estamos en proceso de instalación permanente de la sede en Panamá, ya que hasta ahora cambiaba cada tres años, y esto nos ha llevado mucho tiempo. De la mano de la iniciativa Panama Association Hub nos estamos implantando en el país. De hecho, somos la primera asociación científica que se va a alojar allí de la mano de este programa. En consecuencia, hasta ahora son dos las operaciones que hemos podido organizar: unas jornadas el pasado mes de julio en Punta Cana (República Dominicana), con la asistencia de 500 personas, y las recientemente celebradas en Bogotá, con una asistencia similar.
Estamos apostando ahora por un evento que tendrá lugar en Panamá (a finales de noviembre 2023) y que será la primera cumbre de políticas públicas sobre protección de pacientes con diabetes en Latinoamérica. Contamos con unos 70 participantes, entre los que se encuentran los 19 responsables de las sociedades nacionales miembro de ADLA, representantes de asociaciones de pacientes, políticos responsables en cada país y profesionales procedentes de la industria farmacéutica, ya que queremos que su visión también esté representada. Además, la industria se está mostrando muy implicada mediante la financiación de la asistencia a través de becas.
Para el año que viene tenemos la ambición de desarrollar un gran evento de la mano de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología, que dará lugar en julio a una jornada de expertos en diabetes y obesidad. En septiembre, también reuniremos a la comunidad de la mano de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión.
¿Están apostando por acciones coorganizadas con otras asociaciones?
Sí, tratamos de hacer asociaciones con otras sociedades que nos permitan, por un lado, conseguir buena convocatoria de gente experta y, por otro lado, ofrecerle a la membresía nuevas oportunidades.
¿Mantienen su congreso convencional?
El modus operandi de la anterior directiva era realizar un congreso multitemático cada tres años, pero nosotros hemos optado por realizar cada año varios congresos monotemáticos. Esto no impide que para 2025 tengamos previsto realizar un gran congreso multidisciplinario. Estamos cambiando el chip, ya que hay tantos avances en nuestro sector, con nuevas moléculas y tecnologías aplicadas, que es necesario estar al día.
¿Consiguen con esta multiplicación de congresos mantener la asistencia?
Todo el mundo espera el gran congreso ALAD, en el que reunimos en torno a mil personas, y la industria reserva parte de sus presupuestos para asegurar su presencia, pero también hay que poner sobre la mesa actualizaciones constantes, por eso los encuentros monotemáticos nos permiten reunir a los especialistas en torno a temas concretos.
¿Qué formatos manejan?
Este año lo hacemos todo presencial. Grabamos las principales ponencias y los colgamos en la web para que los miembros puedan consultarlas posteriormente. Nos planteamos que en cónclaves como el de Panamá sea interesante un formato híbrido, pero debemos estudiar los costes por lo que, de momento, nos mantendremos en el formato presencial.
¿En base a qué eligen el destino de sus congresos?
El evento en República Dominicana sirvió de agradecimiento a la comunidad dominicana, que votó masivamente por mi candidatura, a lo que se sumaba el atractivo del destino Punta Cana. En el caso de Colombia, responde al hecho de que forman parte de los países que más introducida tienen en el mercado la tecnología relacionada con la diabetes. Es decir, hay más público interesado en el tema que en otros países. En el caso de Panamá para la cumbre, ha tenido que ver con el traslado de la sede, sumado a la estabilidad económica que ofrece el país.
¿Cómo organizan sus congresos?
Contamos con una persona responsable dentro de la sociedad que se apoya en un operador local.
A la hora de elegir proveedores locales, ¿pesa la sostenibilidad?
Nos decantamos por los proveedores de referencia que nos recomiendan las sociedades locales, ya que hasta ahora nos ha funcionado bien de este modo. Los certificados de sostenibilidad no forman parte de los criterios que más pesan.
¿Cómo percibe la implicación de la industria?
ALAD goza de gran reputación y por eso la industria respalda nuestras acciones, valorando mucho quién está a la cabeza de las cosas que hacemos. Incluso cuando este año hemos propuesto acciones que no estaban dentro de sus últimos presupuestos, hemos experimentado una excelente acogida. Tiene mucho que ver que lo que organizamos encaja dentro de sus políticas de responsabilidad social.
¿Han aumentado las exigencias de la industria a cambio de sus patrocinios?
Es cierto que, durante la pandemia, los laboratorios pudieron invertir mucho menos y captar nuevos contactos a través de los formatos online, y ahora que se ha regresado a la presencialidad hay que retomar unos costes que en algunos casos cuesta aceptar. Pero se han dado cuenta de que lo que se consigue en el cara a cara nos conviene a nosotros, pero también a la industria.
¿Es cada vez más complicado que los profesionales se desplacen?
Sigue siendo común que la gente que se desplaza sea subvencionada por los laboratorios, siendo una minoría quien asiste por sus propios medios. Pero la industria tiene integrado que como parte de su presencia se encuentran las becas que harán participar a los interesados. Es cierto que los laboratorios están restringiendo las invitaciones y que a la hora de proporcionar las becas que permiten asistir a un congreso se fijan más en los líderes de opinión y su influencia a la hora de recetar. No por ello, aunque sean más exigentes en cuanto a los perfiles invitados, dejan de apostar por la asistencia en presencial.
Linkedin SEGUNDO NICOLÁS SECLÉN